25/3/13

El "Día de la Adopción" y la necesidad de fomentar un cambio cultural

El compromiso del mundo político por la adopción y el niño que está por nacer debe ir mucho más allá que la instauración de un día simbólico. Es necesario seguir avanzando en la promoción de un cambio cultural de la sociedad chilena, a fin de que ésta no condene a la mujer que cede a un hijo en adopción, sino que, por el contrario, la valore, respete y apoye. Ese, a su vez, es el mejor camino para combatir el aborto.

Este miércoles 20 de marzo se dio un importante paso en el reconocimiento de la maternidad, la familia y los derechos del que está por nacer, con la votación en la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional, del proyecto de ley que declara el 25 de marzo como el “Día de la adopción y del que está por nacer”.

Resulta significativo que el Legislador haya incorporado en la misma conmemoración la adopción y el derecho del que está por nacer, pues ambos temas están, de hecho, íntimamente relacionados. En efecto, hay una discusión pendiente a nivel país sobre la adopción como un camino eficaz y ético para abordar la problemática de mujeres que sienten que no se encuentran en condiciones de asumir la maternidad. Un  porcentaje alto de ellas corresponde a adolescentes. En Chile, el 15,7 % de los niños nacidos en 2009 fueron hijos de una madre adolescente (Deis, Minsal), y la OMS calcula que en el país, de cada mil, 51 corresponden a niñas entre 15 a 19 años.

Sin perjuicio de la labor desempeñada por algunas fundaciones privadas, la Ley19.620 promulgada en 1999 confiere la responsabilidad de llevar a cabo los procesos de adopción al Servicio Nacional de Menores a través de los Tribunales de Familia. Pero es claro que el Sename necesita más recursos para, por ejemplo, promover campañas comunicacionales que apunten al cambio cultural respecto a la forma de ver la adopción. Difícil si continúan las disminuciones presupuestarias, como la que afectó a la institución entre 2011 y 2012.

El tema no es menor, pues siguen existiendo fuertes prejuicios en torno a la entrega en adopción. Así, por ejemplo, según antecedentes del Sename, muchas cesiones voluntarias se frustran porque en los hospitales, enfermeras cuestionan e incluso insultan a mujeres que han dado o están a punto de dar a luz, una vez que se enteran que se pretenden dar a los niños en adopción.

Existe una velado (o no tan velado) juicio social a las mujeres dispuestas a la cesión voluntaria, transversal a todos los segmentos socioeconómicos. Por ello, en la práctica se da un escenario dramático, bajo un velo de hipocresía: muchas jóvenes (apoyadas por sus padres) prefieren practicarse un aborto antes que someterse al cuestionamiento del entorno. Es decir, se opta por cometer un crimen, discreto, antes que por el camino de la vida y de darle al niño en gestación la posibilidad de nacer, desarrollarse y ser feliz con una familia.

Por lo demás, los niños entregados por cesión son objeto de una tramitación mucho más rápida en Tribunales, y por lo mismo permiten que matrimonios que los han esperado por años puedan recibirlos a los pocos meses de vida, facilitando un apego más temprano. La progenitora que es capaz de tomar la difícil, valiente y dolorosa decisión de entregar en adopción, no puede ser objeto de condena social, sino por el contrario, de respeto, apoyo y valoración.

Es importante promover también que la adopción no tiene nada que ver con caridad, sino con el amor, y que se trata de una vía igualmente válida que la biológica para construir una familia, en particular para las parejas que no pueden concebir. Es decir, fuera del origen diverso, la ley no hace ninguna clase de distingo, y menos aún los padres. Un hijo es un hijo, y no se necesitan otros conceptos complementarios.

Urge abordar este tema como sociedad, pero para ello se precisa el compromiso tanto del Legislativo como del Ejecutivo. Hoy el Sename lidera un proyecto de nueva ley de adopción que busca perfeccionar y completar los vacíos de la anterior. Cabe esperar que esta vez sea tramitado con agilidad en el Parlamento, a diferencia de la ley actual, que demoró seis años en ser promulgada.

Publicado en www.diarioconcepcion.cl el 22/03/2013.




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