9/11/13

De íconos urbanos y monumentos ajenos

Es muy propio de la naturaleza humana el buscar cosas a las qué aferrarse, hitos que no tienen más valor que los que el hombre quiera conferirles. Pero dotados de ese poder, de esa fuerza simbólica, significan mucho. Una fuerza subjetiva capaz de aunar voluntades y de impulsar los destinos de un pueblo.

La piedra negra de origen meteórico depositada la Kaaba en La Mecca  es un buen ejemplo de ello. Ésta ya era  una pieza de culto mucho antes de la aparición de Mahoma, pero el profeta tuvo la claridad de no eliminarla con la nueva fe, y  transformarla en  el lugar de peregrinaje más importante del Islam. Su mérito fue reconocer su fuerza simbólica y relevancia para la vida espiritual de los árabes.

Sin  embargo, pocas veces está en manos de la autoridad el conferir  una carga simbólica. No es por decreto que un pueblo convierte una piedra en hito, una reliquia en pieza de devoción, una intervención urbana en bandera. Así, grandes estatuas, palacios, jardines, monumentos u obras han tenido vidas efímeras, y a duras penas han sobrevivido al recuerdo de sus contemporáneos.

Es muy pronto para afirmarlo, pero a la luz de lo ajeno y chocante que resulta para los propios habitantes a los que pretende tributar, ese parece que será el destino que sufrirá  el oneroso Memorial para las víctimas del terremoto de 2010, erigido en la costanera de Concepción.

El amenazante coloso de piedra, con sus infundadas pretensiones de inmortalidad, contrasta con el escombro del edificio Alto Río, instalado por la fundación del mismo nombre frente a tribunales, en pleno centro penquista, con una sencilla placa en memoria de las víctimas. Una especie de meteoro de concreto, que primero impacta y luego sobrecoge a los que se detienen a  contemplarlo: un símbolo de destrucción real, que parece haber caído del cielo como la piedra de la Kaaba.Una intervención cruda, anómala como una mancha o un desgarro en el tramado urbano y que por lo mismo golpea, porque es un testimonio vivo del terror de aquella inborrable madrugada del 27/F. Un hito que no tiene necesidad de representar, porque es lo que es: un fragmento de la tragedia.

No sabemos si la pieza será trasladada o si permanecerá en ese lugar, como un incómodo recordatorio en el corazón de la plaza de los tribunales de justicia. Tal vez este humilde hito se eleve a nivel de ícono, entretejido de recuerdos  domésticos y genuino respeto ciudadano por los que ya no están.

Por Francisco Bañados Placencia

26/8/13

El boom de la Nueva Novela y su aporte a la identidad de Latinoamérica


Corría el año 1856 cuando Francisco de Bilbao utilizó por primera vez, en una conferencia en París, el concepto América Latina. Con él buscaba una fórmula para englobar la realidad común de Sudamérica, Centroamérica y México.Difícilmente este intelectual chileno pudo prever el impacto que tendría la palabra compuesta que acababa de acuñar; cuántos versos se escribirían, cuántas batallas se librarían y cuánta sangre se derramaría en el nombre de la omnipresente, pero a la vez esquiva e inasible América Latina.

Tuvieron que pasar más de 100 años para que el concepto se asimilara plenamente a la realidad de un continente convulsionado. La Guerra Fría sirvió de marco ideal para que un grupo de talentosos escritores hiciera un aporte decisivo a los pilares de la  identidad  de Latinoamérica. Autores como el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar,  el peruano Mario Vargas Llosa, el mexicano Carlos Fuentes y el chileno José Donoso dieron vida al boom de la “Nueva Novela”. Sin embargo, el fenómeno editorial que generó y  la masa crítica de lectores que le dio dinamismo, sólo fue posible en virtud de una serie de factores concatenados que permitieron que el mundo pusiera sus ojos en el continente olvidado.

Conciencia identitaria
El crítico literario uruguayo Emir Rodríguez Monegal sostiene que el punto de inflexión que hace posible el boom hispanoamericano se sitúa en 1940, y se origina a partir dos causas exógenas: el inicio de la Segunda Guerra Mundial y el término de la guerra civil española. Al respecto señala: “Si la guerra civil habrá de orientar hacia   México y Argentina algunos de los más notables intelectuales de la península, la Segunda Guerra Mundial habrá de interrumpir la corriente de libros y revistas que servía para alimentar en estas tierras la nostalgia de una civilización más refinada. Tanto el aporte español como la ausencia europea coinciden en estimular aquí la fundación de editoriales y de revistas, de institutos de alta cultura, de bibliotecas y museos. Pero sobre todo, contribuyen a profesionalizar al escritor latinoamericano”. 


A juicio del uruguayo, no se debe pecar de “robinsonismo”, pues es preciso reconocer en los autores del boom la evidente influencia de autores europeos (Joyce, Kafka, Proust, Sartre) y norteamericanos (Faulkner); sin embargo, el mayor mérito que tienen es que hacen suyas estas influencias para después externalizarlas con un sello muy propio, obteniendo un producto nuevo y con una marcada identidad.

Comienza a formarse en las metrópolis del continente un público lector que, de ser inicialmente una élite, pasa con los años a convertirse en una masa crítica. “La novela es un género que necesita la concentración urbana, las grandes minorías de lectores, una buena circulación del libro”, lo que sólo se logra a mediados de siglo XX,  recalca Rodríguez. Tatiana Bensa precisa que más allá de ser un fenómeno de ventas y difusión literaria, el boom hizo un aporte decisivo al repertorio cultural del continente: “La Nueva Novela y su cristalización a escala continental e internacional son indicios de una nueva visión de América, que reivindica la realidad y la historia propias en un esfuerzo de identificación personal y plural, en un esfuerzo de apropiación y totalización de América”.

A juicio de Rodríguez Monegal, al mismo tiempo que se produce este fenómeno, se percibe un crecimiento de la conciencia nacional que estimula a los escritores a una doble indagación: encontrar “el ser de cada país” y “el ser latinoamericano”. “Esta indagación poco a poco emerge del purgatorio de las buenas intenciones internacionales para convertirse en materia viva, polémica, desgarrada”, afirma.

Pero no es sino hasta la década de 1960, una vez que se ha consolidado una segunda generación de lectores, cuando podemos hablar de un boom latinoamericano propiamente tal y con él, de una especie de consagración identitaria de América Latina ante los ojos del mundo y los suyos propios.  

Continente en llamas
Octubre de 1962: la Guerra Fría parece haber llegado a su punto más álgido. Una vez más, los ojos del mundo están puestos en América Latina, y más específicamente en la pequeña isla de  Cuba, por la denominada crisis de los misiles.

Ese mismo año 1962, el cubano Alejo Carpentier publicaba El siglo de las luces; el peruano Mario Vargas Llosa debutaba con la Ciudad y los perros y el argentino Julio Cortázar daba los últimos retoques a su delirante Rayuela. Es en este contexto cuando surge una primera gran pregunta: ¿Es coincidencia que el boom de la Nueva Novela Latinoamericana estallara justo en este período tan convulso? 

Tanto las tensiones políticas como literarias tenían un origen común: en este tiempo el ciudadano alcanza una madurez que da paso a un despertar cultural e intelectual. Una toma de conciencia que por cierto va más allá de las meras élites intelectuales.

Entonces surge una segunda gran interrogante, que a nuestro juicio es clave para entender el sello identitario y rupturista del boom: ¿Cómo hacer ficción cuando la realidad parece superar día a día a la imaginación? Gabriel García Márquez esboza una respuesta: la realidad de América Latina parece “desenfrenadamente imaginaria”. 

Al aprehender las realidades de su propio continente y dominarlas para poder transcribirlas, estos autores logran una nueva identificación de América: aquella que se logra a través de la imaginación. “La reinvención de la historia a través del mito es quizás uno de los aportes más interesantes de la literatura del boom, reivindicando los errores, las contradicciones y las injusticias en una crítica subyacente y a la vez cargada de humor. La novela se propone revisar los orígenes y exorcizar la historia para ver nacer una nueva identidad y limpiar la conciencia”, afirma Bensa.

Lo que pretende la literatura del boom, precisa la académica, es totalizar la realidad y la historia latinoamericana que, a través de la palabra, el lector reconoce como construcciones verdaderas. Concluye:“El enorme éxito latinoamericano de una novela como Cien años de soledad puede explicarse por un reflejo  de reconocimiento del lector, por el gozoso descubrimiento de una identidad”. 
Y es que lo salvaje constituye una imagen omnipresente en la idea del continente, aún cuando podemos conocer esa realidad de manera tan imperfecta como la de un europeo medio. Pero a falta de Macondo de García Márquez o de Comala de Rulfo, un lector urbano sí puede sentirse profundamente representado por la realidad no menos mágica e inasible de la selva de cemento que nos proponen autores como Sábato o Cortázar.

Por su parte, Carlos Fuentes cree que el escritor latinoamericano tiene una gran responsabilidad: “Tenemos todo un pasado del cual hablar. Un pasado que estaba callado, que estaba muerto, y al que hay que revivir a través del lenguaje. Escribir fue básicamente esta necesidad de establecer una identidad, un vínculo con mi país y con un lenguaje que  sentía que debía abofetear y despertar, como si estuviéramos jugando a la Bella Durmiente”. 

El poeta y ensayista Octavio Paz da una respuesta ambigua e inquietante a la gran cuestión de la identidad . En su libro El laberinto de la soledad, postula que ninguna forma histórica particular o tendencia puede expresar cabalmente el ser latinoamericano, y que la “oscilación entre varios proyectos universales, sucesivamente trasplantados o impuestos” son inútiles. “Vivimos, como el resto del planeta, en una coyuntura decisiva y mortal,  huérfanos del pasado y con un futuro que inventar. La Historia Universal es ya una tarea común. Y nuestro laberinto es el de todos los seres humanos”.


Por Francisco Bañados Placencia
Periodista, Magíster en Humanidades. 
Artículo publicado el 23/08/2013 en www.diarioconcepcion.cl.



20/6/13

Lasswell y las redes sociales

“Cuando se acerca el fin, sólo quedan palabras. Palabras mutiladas y desplazadas, palabras de otros. Fue la pobre limosna que le dejaron las horas y los  siglos”. Estas líneas finales del cuento “El Inmortal” de Jorge Luis Borges, parecen calzar a la perfección en la era de las redes sociales, en que se han producido notorios cambios de paradigmas en la comunicación de un mundo globalizado.

Hoy ya parece obsoleto el viejo modelo comunicacional planteado por Harold Lasswell antes de la Segunda Guerra Mundial, en el que se atribuye un poder prácticamente irresistible al emisor del mensaje frente al receptor, que, en actitud pasiva, se deja influir y arrastrar  por el mensaje como una oveja en medio del rebaño. La emisión del radio teatro de Orson Welles, “La Guerra de los Mundos” en 1938,  que sembró el pánico entre millones de norteamericanos que creyeron ser víctimas de una  invasión extraterrestre, fue la mejor prueba de la validez de dicha teoría.

En nuestros tiempos, cuesta pensar que un solo medio de comunicación pueda generar ese impacto. 75 años más tarde, la población tiene una oferta infinitamente más amplia, y ha tendido a desarrollar un mayor sentido crítico frente a lo que ve, lee o escucha... Pero claro, hay cosas que no cambian.

En tiempos de las redes sociales, donde ya no sólo hay un emisor, sino que las fuentes se encuentran atomizadas, es claro que aumentan también los riesgos. Si bien son muchos los que controlan pequeños medios, no son pocos los que han aprovechado su cara negativa: no todo lo que aparece en redes  es cierto, y muchas veces un mensaje falso puede ocultar otros fines. Porque si algo no ha cambiado desde los tiempos de Lasswell, es que el mensaje nunca es neutro.

FBP/ Artículo publicado en Diario Concepción el 20.06.2013.



20/4/13

El jurado Vs. Beyer, ¿drama o comedia?


En el cuento “Tema del Traidor y del Héroe” (1944), el escritor argentino Jorge Luis Borges relata  la historia de Fergus Kilpatrick, héroe independentista irlandés asesinado en 1824 en un teatro, en la víspera de la rebelión victoriosa que había premeditado y soñado. Su muerte presenta asombrosas similitudes con la de Julio César ocurrida 19 siglos antes, pero también con la obra de Shakespeare sobre el mismo tema. “Que la historia hubiera copiado a la historia ya era suficientemente pasmoso; que la historia copie a la literatura es inconcebible”, comenta Borges.

Las escenas que se repiten en el tiempo -como si de guiones clásicos se tratara-  son frecuentes tanto en la historia con mayúsculas como en  aquellos episodios que apenas valen la tinta que los consigna. La acusación constitucional contra el ministro de Educación Harald Beyer parece ser una de estas últimas.
El capítulo final de este drama en varios actos se vivió este miércoles, cuando el Senado votó la acusación contra el ministro.  En el hemiciclo se vieron los distintos personajes de la tragedia. Los defensores, los acusadores y el acusado, un ministro  impetuoso, fuerte en lo técnico pero débil en el manejo político.

El acusado se defiende y rechaza la posibilidad de renunciar que se le ofrece, pero como es obvio en toda tragedia clásica, los acusadores ganan por estrecho margen. Ello con las actuaciones destacadas del senador consciente (que se opone a su propio bando), el misterioso (que sólo revela sus cartas al final después de analizar los pros y los contras) y también el histriónico (que con un monólogo algo sobreactuado, explica por qué terminó bajando el pulgar).

Es digno de destacar  la solemnidad de quienes participan en la trama, como si de verdad el final hubiese estado abierto, y como si el fondo de la acusación hubiera sido el factor determinante en el voto tanto de los acusadores como de los defensores. Pero lo cierto es que la historia ya estaba escrita, y había sido interpretada en 2006 por casi los mismos actores (pero con roles invertidos) con motivo de la acusación constitucional contra la ministra de Educación de la administración Bachelet, Yasna Provoste. Los que defendían ahora, acusaban entonces, y viceversa. Y es que como reconoció el propio Beyer, lo que era injusto para él, también lo fue en el pasado para la ex ministra.

En el cuento de Borges, la trama no es tan distinta. Kilpatrick no ha sido asesinado, sino que se ha prestado para cumplir una sentencia secreta y al mismo tiempo seguir siendo un héroe para su pueblo. Pero el tiempo es escaso, y los conspiradores se ven obligados a plagiar el guión del “Julio César” de Shakespeare. Así, todos los actores se prestan para un final apoteósico e inolvidable, con la venia del propio caudillo sentenciado.

Pero el final del  drama de Beyer tiene un cariz distinto, abierto, peligroso y carente de toda épica. Aquí los Capuleto y los Montesco no se reconcilian, sino que, como dijo Carlos Larraín, quedan en pie de guerra en un año electoral, en un clima que promete un triste empate y un gran derrotado: el país. Pero la segunda parte ya no será un drama, sino una comedia negra, llena de bofetadas y puntapiés, en que las familias se trenzarán en una lucha estéril pero hilarante, ante un público cada vez más desencantado.

Por FBP / Publicado en www.diarioconcepcion.cl el 19/04/13.


29/3/13

La diosa Ceres vuelve al centro de la ciudad





La pileta de la Plaza Independencia es uno de los símbolos más importantes de Concepción, el único gran emblema que se conserva del siglo XIX y que representa fielmente el espíritu emprendedor de esta Región.
Ayer, después de casi tres años de reparaciones post terremoto, volvió al centro de la pileta su pieza más importante: Ceres, la diosa romana de la agricultura, que llevaba 150 años siendo muda testigo de Concepción y sus transformaciones.
Fue Pascual Binimelis, ingeniero jefe de obras de la Intendencia, quien a mediados del siglo XIX gestionó la construcción de la fuente que hoy la soporta. La estatua fue esculpida en Escocia por el artista belga August Bleuze. Cuando llegó por barco a Talcahuano fueron necesarios ocho bueyes para transportarla hasta la plaza, y que el lento acarreo duró casi una semana. Pero, ¿por qué se eligió a Ceres y no a otra deidad como Atenea o Poseidón?
Hacia 1850, la ciudad comenzaba a consolidar su economía  y a vivir un período dorado, y ahí  la diosa de los cereales jugó un rol protagónico. Una década antes se habían abierto los mercados de California (que vivía la fiebre del oro) y Australia (en proceso de colonización), escenario que propició que los puertos del Gran Concepción se transformaran en los principales núcleos de exportación del trigo proveniente de las comunas del interior.
Resulta llamativo que Ceres vuelva a su pedestal justo cuando la Región atraviesa un promisorio presente en el agro, que vive el repotenciamiento de Arauco como provincia productora de papa, de Ñuble con el arroz y Bío Bío con la remolacha y los berries. Como dirían los antiguos romanos, es de esperar que sea un buen augurio.

25/3/13

El "Día de la Adopción" y la necesidad de fomentar un cambio cultural

El compromiso del mundo político por la adopción y el niño que está por nacer debe ir mucho más allá que la instauración de un día simbólico. Es necesario seguir avanzando en la promoción de un cambio cultural de la sociedad chilena, a fin de que ésta no condene a la mujer que cede a un hijo en adopción, sino que, por el contrario, la valore, respete y apoye. Ese, a su vez, es el mejor camino para combatir el aborto.

Este miércoles 20 de marzo se dio un importante paso en el reconocimiento de la maternidad, la familia y los derechos del que está por nacer, con la votación en la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional, del proyecto de ley que declara el 25 de marzo como el “Día de la adopción y del que está por nacer”.

Resulta significativo que el Legislador haya incorporado en la misma conmemoración la adopción y el derecho del que está por nacer, pues ambos temas están, de hecho, íntimamente relacionados. En efecto, hay una discusión pendiente a nivel país sobre la adopción como un camino eficaz y ético para abordar la problemática de mujeres que sienten que no se encuentran en condiciones de asumir la maternidad. Un  porcentaje alto de ellas corresponde a adolescentes. En Chile, el 15,7 % de los niños nacidos en 2009 fueron hijos de una madre adolescente (Deis, Minsal), y la OMS calcula que en el país, de cada mil, 51 corresponden a niñas entre 15 a 19 años.

Sin perjuicio de la labor desempeñada por algunas fundaciones privadas, la Ley19.620 promulgada en 1999 confiere la responsabilidad de llevar a cabo los procesos de adopción al Servicio Nacional de Menores a través de los Tribunales de Familia. Pero es claro que el Sename necesita más recursos para, por ejemplo, promover campañas comunicacionales que apunten al cambio cultural respecto a la forma de ver la adopción. Difícil si continúan las disminuciones presupuestarias, como la que afectó a la institución entre 2011 y 2012.

El tema no es menor, pues siguen existiendo fuertes prejuicios en torno a la entrega en adopción. Así, por ejemplo, según antecedentes del Sename, muchas cesiones voluntarias se frustran porque en los hospitales, enfermeras cuestionan e incluso insultan a mujeres que han dado o están a punto de dar a luz, una vez que se enteran que se pretenden dar a los niños en adopción.

Existe una velado (o no tan velado) juicio social a las mujeres dispuestas a la cesión voluntaria, transversal a todos los segmentos socioeconómicos. Por ello, en la práctica se da un escenario dramático, bajo un velo de hipocresía: muchas jóvenes (apoyadas por sus padres) prefieren practicarse un aborto antes que someterse al cuestionamiento del entorno. Es decir, se opta por cometer un crimen, discreto, antes que por el camino de la vida y de darle al niño en gestación la posibilidad de nacer, desarrollarse y ser feliz con una familia.

Por lo demás, los niños entregados por cesión son objeto de una tramitación mucho más rápida en Tribunales, y por lo mismo permiten que matrimonios que los han esperado por años puedan recibirlos a los pocos meses de vida, facilitando un apego más temprano. La progenitora que es capaz de tomar la difícil, valiente y dolorosa decisión de entregar en adopción, no puede ser objeto de condena social, sino por el contrario, de respeto, apoyo y valoración.

Es importante promover también que la adopción no tiene nada que ver con caridad, sino con el amor, y que se trata de una vía igualmente válida que la biológica para construir una familia, en particular para las parejas que no pueden concebir. Es decir, fuera del origen diverso, la ley no hace ninguna clase de distingo, y menos aún los padres. Un hijo es un hijo, y no se necesitan otros conceptos complementarios.

Urge abordar este tema como sociedad, pero para ello se precisa el compromiso tanto del Legislativo como del Ejecutivo. Hoy el Sename lidera un proyecto de nueva ley de adopción que busca perfeccionar y completar los vacíos de la anterior. Cabe esperar que esta vez sea tramitado con agilidad en el Parlamento, a diferencia de la ley actual, que demoró seis años en ser promulgada.

Publicado en www.diarioconcepcion.cl el 22/03/2013.




Construir una mejor ciudad


Concepción es una ciudad de ríos, cerros y lagunas, y por ello precisa de  una matriz ambiental que tome en cuenta a los habitantes y a las  características del sitio, y que también promueva la generación de espacios de permanencia para los distintos grupos y barrios. Los artistas, los atletas, los mayores y los más jóvenes tienen derecho a la ciudad, y es función de la autoridad facilitar alternativas para que todos ellos puedan desarrollarse, sin dañar infraestructura urbana. Asoman también algunos desafíos interesantes como la revalorización del cerro Caracol y del Parque Ecuador.

Cada día la ciudadanía toma más conciencia de  la  importancia del patrimonio urbano y arquitectónico de su  comuna, que en una zona tan expuesta a terremotos, se torna un bien escaso que es necesario resguardar. Se  requiere  por lo mismo un liderazgo visible del alcalde y el municipio, a fin de que las nuevas inversiones respeten el entorno y legado patrimonial.

La materialización de una idea de ciudad es resultado de un proyecto urbano claro. Si ello no existe, no es posible proyectar un desarrollo armónico y coherente. En materia urbanística, las municipalidades centran su trabajo principalmente en tres ejes: participación ciudadana (necesaria para validar los proyectos), espacio público y medio ambiente. El  derecho a  la ciudad lo ejercen todos, y, en efecto, son sus  habitantes los que deben dar las luces y orientar cualquier proyecto urbano. Las obras no pueden imponerse ni tampoco hay espacio para ensayar ideas caprichosas con los  recursos siempre limitados con que se cuenta.

Pero no basta mejorar los canales para facilitar el diálogo entre la autoridad y los ciudadanos para avanzar en planificación urbana. También se hace necesario dar continuidad al Plan Regulador Comunal  y materializar las obras que en ese instrumento de planificación territorial  aparecen como urgentes, y que por distintas razones se han ido postergando.

Pero para hacer todas las mejoras que la  ciudad requiere, el Plan Regulador Comunal aparece como instrumento demasiado rígido. De ahí que se haga necesario establecer un instrumento adicional y no normativo, una  carta de navegación que establezca con claridad cómo se concreta y se construye la ciudad que sueñan los penquistas. Y también se requiere reforzar el accountability, es decir, la transparencia para informar  a la ciudadanía de los avances de los proyectos, así como de las razones por la que éstos se retrasan, estancan o quedan en el camino.

Por Francisco Bañados* y Daniel Matus**.
*Periodista y magíster en Humanidades.
**Arquitecto y urbanista.



Foto cortesía de educarchile.cl

8/3/13

La difícil decisión de mantenerse fiel a un caudillo



La muerte de Hugo Chávez ha sido uno de los temas de mayor repercusión esta semana en Latinoamérica y el mundo. Y cómo no, si el que fuera por 14 años Presidente de Venezuela, líder carismático, caudillo populista y orador sin filtro, no dejó a nadie indiferente. En Chile y en nuestra zona lamentan especialmente su deceso algunas figuras políticas que no sólo sentían afinidad política por su personalidad e ideales, sino que también tuvieron oportunidad de conocerlo y compartir con él; entre ellos el senador Alejandro Navarro y el ex alcalde de Lota Jorge Venegas.

No siempre es fácil reconocer -y sobre todo mantener- cercanías con caudillos como Chávez, condenados a un permanente estado de equilibrio precario entre un ideal dialéctico y una ejecución plagada de vicios. ¿Cuándo separar aguas equivale a dar vuelta la espalda? ¿En qué momento criticar y condenar se transforma en una traición a un ideal?

Existen notables ejemplos de personalidades que han mantenido amistad con líderes y apoyado revoluciones, y que han terminado renegando de ellos, rindiéndose ante abrumadoras evidencias de acciones reñidas con sus convicciones. Y también abundan los ejemplos de aquellos que se han mantenido fieles a esa relación, por dogmatismo, lealtad a toda prueba o porque simplemente podría implicar el desmoronamiento de todo en cuanto habían creído.

Durante un largo período del siglo XX, la mayor parte -o al menos la más representativa- de los intelectuales latinoamericanos adscribieron al socialismo y en su momento apoyaron con entusiasmo los postulados de la revolución popular cubana. Sin embargo, este consenso y este diálogo a partir de una visión de mundo común no duró para siempre. Sin duda, el cisma lo marcó el asunto Padilla en 1971, caso que dejó en evidencia el lado opresivo del régimen de Fidel Castro y la falta de libertades en la hasta entonces utópica revolución cubana. Heberto Padilla fue un poeta cubano encarcelado por el Gobierno de La Habana en 1971, después de una lectura poética. Al año siguiente fue liberado y exiliado a los Estados Unidos por la presión internacional, y en especial, por la férrea defensa de muchos intelectuales hasta entonces de izquierda.

Este incidente separó a los intelectuales del continente entre los que seguirían comprometidos con la utopía marxista hasta el final, y los que adoptaron una postura más realista, crítica y, a estas alturas, desencantada. El caso Padilla marcó una ruptura profunda a nivel político, literario y afectivo. A un lado quedaron autores como el mexicano Octavio Paz o el peruano Mario Vargas Llosa; al otro, íconos como el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar y el chileno Pablo Neruda. El muro ideológico  se había levantado y ya no había forma de franquearlo.

A Neruda, en efecto, le tocó vivir un proceso complejo, oscilando entre un desencanto solapado y la absoluta lealtad al PC. Famosa fue la oda del poeta a Stalin, a quien calificó del “gran genio de este siglo”. Demasiado le costó separar aguas, incluso después de que el premier soviético Nikita Khrushchev  denunciara en 1956 el “culto de la personalidad” de su predecesor, revelando millones de crímenes políticos de su gobierno. Sin embargo, más tarde reconoció en sus memorias “que había contribuido en alimentar ese pérfido culto personalista”.

El novelista y diplomático Jorge Edwards cita a la Primavera de Praga (en 1969, en que las tropas soviéticas aplastaron a la ciudadanía checa que clamaba por más libertades) como otro punto de inflexión que marcó un distanciamiento de Neruda con el Kremlin. Y aunque no tuvo la voluntad ni la convicción para denunciarlo públicamente, en su libro Fin de Mundo deja entrever su conflicto interno: “Fue fácil para el adversario/ echar vinagre por la grieta/ y no fue fácil definir/ y fue más fácil callar./ Pido perdón para este ciego/ que veía y que no veía”.

Publicado el 8 de marzo de 2013 en www.diarioconcepcion.cl.

14/2/13

Entrevista al legendario bajista Neil Murray




Entrevista a Neil Murray, ex bajista de Whitesnake, Gary Moore y Black Sabbath
"Me hubiera encantado tocar con David 
Coverdale otra vez... pero nunca se sabe"

Publicado en www.rafabasa.com , 12 de febrero de 2013.-

   SNAKECHARMER es una nueva banda formada por los legendarios Neil Murray (bajista) y Micky Moody (guitarrista). Aprovechamos esto para ponernos en contacto con el veterano bajista y hablar del grupo, de su reciente y fantástico primer trabajo, y por supuesto para repasar algunos aspectos de su larga y reputada carrera con superbandas como WHITESNAKE, GARY MOORE, BLACK SABATH… Un placer de entrevista y un artículo muy interesante que podéis leer a partir de aquí:
- Hola, Neil, es un honor entrevistar a un gran bajista y músico como tú… El lanzamiento del CD de SNAKECHARMER es el principal motivo de la entrevista. Hablemos de él y de esta nueva banda para empezar.
Neil.- Hola, ¿qué tal?… Todo empezó de manera un poco diferente que fue tocar canciones mías y de mi amigo el guitarrista Micky Moody, especialmente de nuestra etapa conjunta en WHITESNAKE a finales de los 70 y principios de los 80. Quedamos en hacer SNAKECHARMER para esto y sobre todo hacer algunos conciertos, pero el management consiguió un contrato discográfico y la idea empezó a cambiar poco a poco. En el último año y medio estuvimos dándole forma al disco juntos, escribiendo canciones y demás, y casi sin darnos cuenta la cosa fue cambiando de ser algún tipo de banda tributo a nosotros mismos a una que tocara material original junto a algunas canciones clásicas.
- SNAKECHARMER sois una banda en un estilo muy en la onda de los WHITESNAKE más clásicos y donde el mítico guitarrista Micky Moody pone “su sello”… ¿Cuál es tu definición particular del grupo? Hard rock, blues… Sobre todo mucho feeling, ¿verdad, Neil?
Neil.- (Risas) No sé cómo se define la banda, que ése es vuestro trabajo. Tendré que leer algunas críticas para categorizar lo que hacemos… No sé, el caso es que tenemos influencias de blues rock, está claro, y luego el cantante proviene de la escena del AOR y tiene un trasfondo de bandas de rock más melódico. Luego, el teclista Adam Wakeman está más metido en el heavy rock con BLACK SABBATH y OZZY OSBOURNE, aunque también toca rock progresivo… Pero es difícil para mí definirlo porque no tratamos de sonar de ninguna manera concreta sino sólo lo que nos sale de manera natural a las personas que escribimos las canciones y cómo las tocamos. Es una cosa muy orgánica para nosotros, que nos sale este tipo particular de música de manera natural.
- Me gustaría que nos dieras tu visión general del álbum…
Neil.- Es un disco de canciones de rock con diferentes estilos dentro del mismo álbum tal vez. Al final es el producto de la unión de los seis miembros de la banda, gente con diferentes influencias y que tienen que ver también con quiénes somos cada uno, con la gente con la que nos hemos movido en estos años… Creo que en algunos momentos puede haber similitudes con el sonido de algunas bandas de los 70, y seguro que mirándolo desde fuera los fans de WHITESNAKE, BAD COMPANY, THIN LIZZY y ese tipo de bandas van a disfrutar con SNAKECHARMER. De todos modos, emplazo a la gente a escuchar el disco ¡y que opinen por sí mismos!
- Tengo una curiosidad, ¿siempre has tocado al bajo? Quiero decir si nunca has tocado la guitarra en una banda o un disco? ¿Cómo surgió tu pasión por el bajo y cómo decidiste empezar a tocar el bajo?
Neil.- Pues fue un poco por accidente porque cuando era muy joven empecé a aprender a tocar el piano, el trombón e incluso la batería un poco después, aunque tocaba de un modo muy sencillo en grupos de pop en la escuela. El caso es que alguien tenía una guitarra que había convertido en un bajo, y de casualidad lo cogí, me gustó mucho y comencé a meterme más en ello. Debía tener unos 17 años por aquel entonces, así que supongo que empecé cuando algunos ya lo dejan (risas). Después fui a la escuela de Diseño pero poco a poco me interesé más por la música y por convertirme en bajista. Ya me hice profesional cuando tenía unos 24 años, también bastante tarde para lo que era habitual, pero creo que me ayudó a tener mi personalidad ya formada y me siento afortunado porque a finales de los 60/principios de los 70 había muchas bajistas increíbles para que te influenciaran y aprendieras de ellos, como por ejemplo Jack Bruce.
– Volviendo a SNAKECHARMER, ¿opinas que es una banda que vaya a tener regularidad?
Neil.- Es difícil porque es una nueva banda y para algunos miembros el empezar con un nuevo grupo no es fácil para que empiecen a ser conocidos y establecerse de manera profesional. Y a día de hoy la gente no tiene tiempo ni dinero para experimentos y ya no se compran discos sin tener la seguridad de que te va a gustar, y lo mismo con las giras, que no tiene nada que ver con cómo era la situación 5 o 10 años antes. A nosotros nos encantaría poder hacer los máximos conciertos posibles, y esperemos que los promotores de los diferentes países del mundo nos quieran contratar y podamos ir allí y tocar, pero ya te digo que no es fácil. Otra cosa sería poder meternos en una gira con una banda grande pero a día de hoy las compañías ya no ponen dinero para apoyar giras como teloneros, y parece que esto ya no va a ocurrir nunca más, así que habrá que buscar alguna fórmula para poder girar y que esto nos permita existir. Quiero decir que no nos podemos arriesgar a perder dinero, pero yo no soy millonario para poder poner dinero en la banda sin saber si se recuperará.
- Ahora que lo mencionas, ¿cuáles son los planes de gira del grupo?… ¿Tenéis idea de hacer vuestra propia gira o, como decías antes, es difícil para SNAKECHARMER embarcarse en su propia gira?
Neil.- Vamos a hacer algunos shows propios aquí en Inglaterra y también tenemos planeado hacer algunos festivales en verano, todos los que podamos de hecho. Pero por nosotros la intención es tocar donde sea, que si nos llaman de Rusia, pues iremos a Rusia (risas), o en Finlandia, lo que sea, que por nosotros no hay ningún problema. Lo que no queremos es tocar en bares mugrientos para 30 personas, no hay razón alguna para ello a estas alturas porque en sitios tan pequeños no se puede mostrar a la banda en la mejor situación, está claro. Pero bueno, ya veremos porque tenemos claro que la situación en el negocio de la música a día de hoy es realmente complicada.
- Junto a Moody y tú están Harry James (THUNDER, MAGNUM) a la batería, Chris Ouesy (HEARTLAND, VIRGINIA WOLF, THE DISTANCE) a la voz, Laurie Wisefield (WISHBONE ASH) a la guitarra, y Adam Wakeman (Ozzy Osbourne) a los teclados… ¡Vaya tándem!… ¿Ha sido complicada cuadrar la agenda de todos estos grandes músicos para grabar el disco?
Neil.- Sí, sin duda, y a veces ha sido más bien ver qué miembros de la banda estaban disponibles para grabar cuando el estudio estaba libre. Y ha sido duro porque todos tenían compromisos que por ejemplo Adam toca con OZZY OSBOURNE y BLACK SABBATH, Harry toca con MAGNUM y con sus THUNDER, Chris está metido en varios proyectos… Luego yo y Laurie tocamos en el musical de QUEEN "We will rock you", que a veces tocamos hasta seis días por semana… Es difícil, muy difícil, y es que al final para grabar unos 32 días hemos necesitado once meses o casi un año, vaya. Hemos tenido que improvisar un poco y adaptarnos a los músicos que estaban en cada momento, aunque no sé si ha habido una sola vez que hayamos estado todos los músicos juntos, al menos no ha sido así todo el tiempo, eso seguro. No es necesario tampoco, cuando además ya había mucho trabajo previo de composición de las canciones, arreglos, sugerir algunas cosas para el disco… Es difícil trabajar así pero no es imposible.
- Hablando de la composición en concreto, ¿qué nos cuentas de cómo ha sido escribir las canciones para SNAKECHARMER? ¿Ha sido algo más o menos colectivo o ha habido una figura compositiva principal en este caso?
Neil.- Ha habido tres o cuatro compositores, sí. Micky ha aportado principalmente a nivel instrumental, Chris sacaba varias líneas melódicas y obviamente las letras y las melodías de voces también… Y luego siempre que tocábamos las canciones surgían varias ideas nuevas y sugerencias a lo que ya estaba compuesto para que al final fuera un poco una creación de la banda más que una cosa individual. Pero bueno, los principales compositores digamos que han sido Micky y Chris para tres o cuatro canciones concretas, y luego lo mismo entre Laurie y Chris para otras tres o cuatro. Finalmente Larry ha aportado también un par de temas también. El caso es que alguien puede tener una idea inicial y cualquiera en la banda puede contribuir a desarrollarla y terminarla, y que llegue a ser una composición del grupo. Lo que no ha sido es el caso de que hayan surgido temas ensayando todos juntos en el local o algo así, pero podría ocurrir más a menudo en el futuro, ¿quién sabe?
- Este disco sale con Frontiers, ¿ha sido difícil el conseguir un sello discográfico o el estar en una banda con nombres tan conocidos facilita este tipo de cosas?
Neil.- Ya no es fácil para nadie el conseguir un contrato, aunque pueda ayudar un poco el hecho de contar con nombres conocidos en el grupo, claro. De todos modos, en nuestro caso lo que ha ocurrido es que nuestro management ya tenía una buena conexión y relación con Frontiers, así que quedamos encantados cuando nos hicieron una propuesta. Ellos se centran en hard rock y rock clásico en general, música rock de calidad, pero aún así tuvimos que presentar una maqueta con un par de temas previamente. Quiero decir que no porque estuviera yo, y Micky, Harry y Laurie teníamos asegurado nada, que al final se trata de las canciones y de cómo suena la banda, no el que hubiera nombres conocidos o una historia exitosa previa.
- Tienes una trayectoria muy larga, envidiable… Has tocado con grandes bandas y excelentes músicos, pero siempre a la sombra o a la diestra de alguien… ¿Por qué nunca montaste una banda grande como “jefe” y principal artífice del proyecto?
Neil.- No he pensando nunca mucho sobre esto. Es que muchas veces, al menos en las grandes bandas, el líder es el cantante principal, y yo soy bajista y para nada soy buen cantante (risas). Además, otras veces el líder suele ser el principal compositor y yo no compongo mucho en comparación con otros músicos. Tampoco es una necesidad que haya tenido nunca de manera importante, y es que lidiar con gente más joven y con otras ambiciones y demás como jefe de una banda tampoco es algo que me interese demasiado a día de hoy. No digo que no vaya a pasar nunca, pero no sé, tampoco me considero a mi mismo una persona líder sino que me considero más bien lo que yo llamo un colaborador, y me gusta estar en una situación de banda que sea más o menos democrática, como ocurría en WHITESNAKE inicialmente.
SNAKECHARMER tiene muchas influencias de aquello también en este sentido, pero vamos, es cierto que el modo en que se ha desarrollado la mayoría de mi carrera ha sido trabajando para otra gente. Y no me veo liderando un proyecto de este tipo, la verdad, a no ser que sea para tocar delante de tres personas y un perro (risas). Y personalmente prefiero tocar ante miles de personas rodeado de los mejores músicos del mundo, la verdad. Por otro lado, me siento muy afortunado de haber estado involucrado en las bandas y en las situaciones en las que he estado y a veces he tenido más exposición público como bajista que como persona, pero a mí siempre me ha gustado permanecer un poco en el fondo, ya sabes, así que está bien y no me quejo de cómo ha sido mi carrera hasta ahora.
- Aunque has pasado por muchos combos,  WHITESNAKE es la banda que más ha dejado huella a nivel general. Pasaste muchos años compartiendo con Coverdale, grabaste 9 discos con el grupo… Sé que es complicado, pero ¿cómo se resume tu paso por WHITESNAKE?
Neil.- Yo creo que ha sido el período más excitante de mi carrera porque, cuando empezó a comienzos de 1978, todavía nadie estaba interesado en nosotros y entonces tocábamos en lugares muy pequeños como bares y clubs. Tuvimos mucha suerte de que uno de los managers de DEEP PURPLE entonces nos consiguiera el contrato con EMI y de ahí pasamos muy rápido a tocar en teatros y luego en pabellones, y poco después llegamos a tocar en estadios en muy poco tiempo. Está claro que no mucha gente tiene la oportunidad de convertirse en una banda tan exitosa en tan poco tiempo y además viniendo desde tan abajo, que en realidad pasamos como tres o cuatro años desde que empezamos hasta que de repente éramos enormes.
Entonces disfrutábamos muchísimo de la música que hacíamos y además eran unos años muy buenos para EMI… Todo se juntaba porque además en la banda nos llevábamos muy bien y había un gran ambiente, había mucho sentido del humor y era un placer trabajar con gente tan buena y además tan divertidos. En esos primeros momentos de la banda era un verdadero equipo y éramos realmente una panda de colegas que nos sentíamos muy afortunados de trabajar juntos y de viajar y tocar música, ya sabes.
- Antes del lanzamiento de "Slide it in" en 1984, la formación clásica de WHITESNAKE se rompe… De hecho, el disco se grabó en dos versiones: la primera contigo, Cozy Powell, Micky Moody y Mel Galley…
Neil.- Realmente fue algo antes de esto, pero digamos que a nivel oficial fue en ese momento, sí. Además, ese dato tampoco es correcto totalmente pero es algo difícil de explicar y dar todos los detalles de esto… Yo dejé WHITESNAKE para trabajar con GARY MOORE durante un año y medio, y en ese período ellos grabaron "Slide it in" pero luego ya cuando yo volví a la banda la formación era un tanto diferente. Además, la compañía en América quería remezclar el disco y cambiar la formación, pero yo y John Sykes podíamos reemplazar perfectamente a los guitarristas y bajistas que ellos habían firmado para el lanzamiento americano. Esa nueva formación cambiaba el juego por completo porque Jon Lord volvía a DEEP PURPLE y Mel Galley tuvo un accidente y ya no podía tocar más.
Entonces, pasábamos de 6 personas a 4 conmigo: David Coverdale, John Sykes y Cozy Powell, y era una gran formación de cualquier manera pero la gente no se enteró mucho porque entonces tocamos sobre todo en Estados Unidos y Japón. De cualquier manera, se supone que iba a ser la formación que iba a grabar el famoso "1987" pero Cozy no estaba nada contento con los porcentajes de reparto en la banda entonces y decidió marcharse. Entonces empezó a haber pequeños cambios ya desde 1982 cuando terminamos "Saints & sinners" con Bernie Marsden y Ian Paice todavía en WHITESNAKE, y de ahí llegamos a 1985 y 86 cuando estuvimos grabando "1987" y que es cuando se produjeron los grandes cambios, pero el proceso de cambio en WHITESNAKE venía de antes y fue más largo aunque ocurrió despacio y fue un proceso lento. Hubo mucho cambio en los vídeos, en la música y en lo que luego vieron los críticos y los fans, pero bueno, está claro que funcionó muy bien.
- ¿Qué es lo mejor de trabajar con David Coverdale? ¿Y lo peor?
Neil.- (Risas) Bueno… En general David es un tipo genial para trabajar con él, es muy inteligente y noormalmente es genial tenerle por ahí alrededor, buena compañía. Sí creo que en los últimos años que yo estuve en WHITESNAKE se volvió demasiado a la situación americana, se fue allí y ya no ha vuelto nunca a vivir en Inglaterra. Además con esto el contacto no ha sido nunca ya el mismo que cuando vivía más cerca, como es lógico. Es cierto que en los 9 años que trabajamos juntos David cambió bastante como persona, pero no necesariamente en un sentido negativo, en absoluto, sino que sencillamente se fue interesando poco a poco por cosas diferentes, expandiendo también su intelectualidad, su diversidad, sus gustos y sus inquietudes artísticas y eso.
Esto es bueno pero, por otro lado, todo se volvió, sobre todo a nivel del management y de la compañía y especialmente desde América, como mucho más centrado en David Coverdale que en el grupo, lo que hacía las cosas más difíciles para el resto de miembros de la banda. Pero no era por David en sí sino que al final la situación general había cambiado y ya no éramos tan importantes el resto sino que parecía que lo único era el carisma de David y su voz. Y al final él tenía que estar rodeado de tíos muy atractivos y en ese momento quizás ya no tenía tanta importancia la música, que era de lo que se había tratado a desde el principio. Pero vamos, no tengo malos recuerdos de trabajar con David en absoluto aunque ya te digo que no tengo contacto con él desde hace muchos años.
- Y en todos estos años, ¿nunca surgió la posibilidad de volver a trabajar juntos?
Neil.- ¡Oh, no lo sé! Quiero decir que me hubiera encantado tocar otra vez con él, y aún mejor el haber podido poner en marcha la formación de 1980, por decirlo así: David, Micky, Bernie, Jon Lord y Ian Paice, pero todos sabemos que Jon ya no está aquí, Bernie y Micky no se llevan muy bien ahora mismo y supongo que Micky y David no han vuelto a hablar desde hace 30 años o más. De todos modos, no podemos hablar de estas cosas a la ligera porque además no hay ninguna razón para que David lo haga o lo hubiera hecho en los últimos años. Me refiero a que no tiene necesidad pero a mí sí me hubiera gustado juntarnos aunque hubiera sido para un concierto, pero repito que entiendo que no es algo necesario para él ni para su carrera (risas). Y oye, ¡nunca se sabe!
- Siguiendo con el repaso a tu larga carrera, también pasaste por BLACK SABBATH, junto a Iommi, Cozy Powell y Tony Martin en aquel momento. Es cierto que a mucha gente no le gusta demasiado esa etapa pero otros pensamos que entonces editaron grandes discos, especialmente "Headless cross" y "Eternal idol". ¿Cómo fue tu experiencia en BLACK SABBATH y qué recuerdas de ese período?
Neil.- Yo tenía conexión sobre todo con Cozy Powell, que él era más cercano a Tony Iommi. Pero bueno, puedo entender la reacción de los fans porque no era la banda original y todas las versiones posteriores sin Geezer Butler u Ozzy Osbourne y Bill Ward no era propiamente BLACK SABBATH. El caso es que ellos se fueron marchando o se les despidió en diferentes momentos, pero Tony Iommi siempre ha querido seguir adelante con la banda y fue su decisión el que yo tocara en la banda. Sé que él está muy orgulloso de la música que hicimos y musicalmente no es que el resto de la banda le lleváramos a hacer algo que no quisiera hacer o algo, así sino que siguió escribiendo sus riffs y la música que le gusta y esos discos fueron lo que Tony quería que fuesen en ese momento.
Lástima que los fans sean tan conservadores a veces y no acepten muy bien lo que sea algo diferente porque creo que hicimos muy buen material entonces. Por ejemplo "Headless cross" es realmente bueno, aunque yo no grabé el bajo en éste, y el siguiente, "Tyr", mantenía la calidad. Cuando nos reunimos otra vez a mediados de los 90 e hicimos "Forbidden" quizás la producción no fue la adecuada, demasiado experimental, que es algo en lo que la compañía insistió mucho. Pero las canciones en general eran realmente buenas, y es una pena que la gente busque razones para criticar en vez de sacar lo positivo o sencillamente reaccionar de manera natural ante algo. Es como si hablamos de equipos deportivos, que unas veces se va a ganar y otras a perder, así que mejor disfrutar de la música por lo que es.
Pero bueno, de cualquier manera, el haber trabajado con Tony Iommi ha sido una experiencia realmente agradable y que disfruté porque aparte de un música genial es un tipo muy divertido, y una gran compañía como persona. Es un tío muy creativo y con una mente muy fuerte, y es un poco lo mismo que me ha pasado con otras personas con las que he trabajado, que la mayoría no son en realidad como su imagen pública o como la gente piensa que son en general. De hecho, con la mayoría ha sido realmente fácil trabajar, y es que el factor de que sean gente con tanto talento no significa que no puedan ser tipos agradables también. Ya te digo que la mayoría de músicos con los que he trabajado en mi carrera ha sido realmente un placer poder hacerlo con ellos. ¡Grandes músicos y grandes personas!
- ¿Qué recuerdo guardas de Gary Moore? Como guitarrista era uno de los más grandes, eso es indudable, pero siempre se habló que tenía un carácter difícil de soportar…¿Cómo era tu relación con él?
Neil.- Él y yo siempre fuimos buenos amigos, y nos conocimos ya a mediados de los 70, cuando ya trabajamos en COLOSSEUM II, que era más jazz/fusión, hasta como 10 años después o así que dejamos de tener relación. Yo entré en la banda de GARY MOORE como en 1982, justo después de salir de WHITESNAKE, y fue genial porque fue una situación en la que me sentí como que volvía a ser músico de nuevo. Musicalmente era algo a lo que no estaba acostumbrado, o no me era muy familiar más bien, porque no había las influencias a las que yo estaba acostumbrado. La verdad es que me costó un poco y de hecho tuve algunas fricciones especialmente con el productor que usaron en los dos discos que grabé con la banda: "Corridors of power" y "Victims of the future". Yo prefería dejarle a los músicos más libertad y que fueran ellos los que llevaran las riendas, y no estaba acostumbrado a trabajar de ese modo, ya te digo.
Pero vamos, con Gary siempre tuve muy buena relación… De todos modos, al igual que pasaba con David (Coverdale), los tipos de negocios tenían bastante influencia sobre las personas que les hacían ganar mucho dinero y les dirigían de algún modo. Y era mucho más fácil lidiar, personal y económicamente, con sólo un tipo que con cuatro o cinco personalidades, ya sabes. Es más fácil para ellos si nadie les puede discutir las cosas, o al menos sólo lo hace una persona, y al final todo se convierte en un artista en solitario con varios músicos más en su banda. El resto tuvimos que aceptar esto y yo no lo llevé muy bien ni me parecía la situación perfecta pero de cualquier manera fue genial tocar con él y con Ian Paice o Don Airey en mi caso. Por otro lado, me hubiera encantando tocar material más bluesy con Gary pero ya no tuve la oportunidad más adelante. De cualquier manera, no me puedo quejar de esa etapa ni de mis años con Gary Moore.
– También participaste en los dos primeros álbumes del proyecto PHENOMENA, llevado a cabo por Tom Galley si no me equivoco (el hermano de Mel Galley, que fue guitarrista de WHITESNAKE)… Dos discazos impresionantes…
Neil.- Bueno, en este caso fue una situación más de músico de sesión que otra cosa. Mel Galley, descanse en paz, siempre fue uno de mis mayores defensores, y de hecho fue el principal instigador de mi vuelta a WHITESNAKE después de GARY MOORE. Esto fue de todos modos en un período un poco convulso porque estaba también en WHITESNAKE y luego un par de años después tocaría en otra banda con Bernie Marsden, así que ya te digo que PHENOMENA para mí fue básicamente que el grupo buscaba un bajista para grabar las partes de los discos e hice trabajo de sesión con ellos, poco más. Pero no tuve ninguna involucración creativa porque era el proyecto de Tom y Mel y ellos utilizaron a varios músicos diferentes para tocar en las distintas canciones. No te puedo decir mucho más de esto, si acaso que se hizo y se grabó bastante rápido (risas).
- Por cierto, a finales de los 80 estuviste bastante involucrado con una banda japonesa llamada VOW WOW. ¿Qué te llevó a participar en una banda tan extraña y sobre todo desconocida en Europa?
Neil.- (Risas) Fue algo extraño y diferente, es cierto, pero muy poca gente puede decir que ha tenido una oportunidad así. Además, esto me permitió trabajar mucho en Japón con otra gente y girar por allí y conocer mejor la cultura y sociedad japonesa y demás. La verdad es que no sé muy bien cómo surgió todo, pero ellos se mudaron a Londres para intentar entrar en el mercado europeo y cogieron a un mánager británico. El caso es que el bajista que tenían se cansó de estar en Londres a los seis meses y quería volver a casa, así que de repente ellos necesitaban a un bajista para tocar en el que iba a ser su próximo disco. No recuerdo muy bien si el management contactó conmigo porque los miembros de la banda me querían o si el mánager les sugirió mi nombre a ellos, no lo sé.
Al final toqué en ese disco en el 87 y estuve un tiempo trabajando con ellos, particularmente en Japón, aunque hicimos algunos conciertos aquí y allá. Esto ocurrió mientras tocaba en aquella banda con Bernie Marsden que te decía antes, MGM, pero de alguna manera este grupo estaba bastante parado así que me pude concentrar bastante más en esa época en VOW WOW. Pero el grupo un par de años después se empezó a cansar, y eso que yo les escribía letras en inglés, lo que fue un trabajo bastante duro, por cierto (risas). Al final hice un par de discos con ellos y entonces sencillamente fue el momento para mí de moverme a otra cosa. Pero fue una experiencia muy interesante y ellos eran tíos muy majos y buenos músicos, y a mí me pilló en un momento en el que necesitaba trabajar y ya está. Nunca he recibido grandes royalties de esto o algo así pero surgió en aquel momento y estuvo bien, la verdad.
- Como curiosidad… Tocaste  en la Expo’ 92 en Sevilla, junto a  Steve Vai, Joe Satriani y Brian May. ¿Algún recuerdo de aquella experiencia?
Neil.- No puedo hablar en todas las entrevistas de cada parte de mi carrera, que ha sido muy larga (risas)… Yo ya conocía a Brian May y de hecho había grabado con él por su amistad con Tony Iommi, que por ejemplo ya había colaborado con BLACK SABBATH en el Hammersmith Odeon un par de veces. Cozy y yo íbamos a ser la sección rítmica de la "Rock Night" de la Expo Universal en la noche de "Guitar Legends". Estaba por tanto ahí la sección rítmica de BLACK SABBATH de entonces y también la de Eric Clapton, y había algunas mezclas de músicos y tocábamos unos con otros. Para mí fue una experiencia fantástica que me permitió tocar con músicos tan increíbles como Vai, Satriani, Paul Rodgers… Fue algo memorable y un evento para recordar, pero lo cierto es que, si miramos atrás, no fueron más que un par de días en directo. Me hubiera encantado que este tipo de cosas ocurrieran más a menudo pero al final siempre se quedan como algo muy ocasional y puntual.
- Hablando de Cozy Powell, has tocado con él en muchas bandas como WHITESNAKE, BLACK SABBATH, con el propio Brian May… Parece que formaste con él una sección rítmica muy potente y además que Cozy y tú erais bastante cercanos. ¿Qué te apetece comentarnos sobre Cozy Powell?
Neil.- Él era muy poderoso individualmente y su forma de tocar era muy potente, además de tener una personalidad muy fuerte. De alguna manera esto hacía que me resultara muy fácil tocar con él porque (a mí) me bastaba con encajar en lo que él quisiera tocar y contribuir a hacerlo incluso más fuerte, con el sonido más grande que pudiéramos. También estaba su banda HAMMER, con el guitarrista Bernie Marsden y el teclista Don Airey y yo fui también bajista sustituto en esa banda allá por el 84, junto con Clive Chaman al que conoció Cozy cuando estaba en la banda de JEFF BECK… Ya tocamos juntos mucho antes, incluso cuando él entró en WHITESNAKE cuando yo no estaba allí, pero luego volví a enrolarme y sí coincidimos una etapa. También tocamos juntos muchas veces en sesiones de grabación y bandas varias.
No sé si era el tipo ideal para tocar con él, pero Cozy y yo hacíamos muy buen equipo y trabajábamos muy bien juntos. Entre nosotros nunca hubo problemas de personalidad, pero musicalmente y trabajando era genial y todo funcionaba muy bien juntos. Hay algunos bajistas con los que él estaba muy excitado de poder trabajar con ellos, como en el álbum que hicieron con John Entwistle y Glenn Tipton, o con Jack Bruce un par de veces. El caso es que él tenía una personalidad muy fuerte que yo no tenía, y por eso nos acoplábamos muy bien juntos, porque yo intentaba sencillamente de encajar en BLACK SABBATH por ejemplo o me adaptaba al sonido de Brian May, y con Cozy encajé siempre muy bien, la verdad.
- Y ya para ir terminando, ¿qué te falta por hacer como músico?, ¿hay algo que no hayas hecho aún y que te gustaría hacer en el futuro?
Neil.- Realmente miles de cosas (risas). Todos los días me gustaría hacer algo nuevo y diferente pero no siempre es posible. Tal vez personalmente me insisto mucho en que debería meterme más en aspectos compositivos, y claro que me gustaría tocar con los miles de músicos que no lo he hecho y que me encantaría, pero tengo que ser realista y saber lo que puede pasar y lo que no. Ahora estoy centrado este año en SNAKECHARMER y hacer todos los conciertos que podamos con la banda, que escuche el disco la mayor cantidad de gente posible, y tal vez debamos empezar en algún momento con el siguiente. Así que estos son mis planes a corto plazo…
- Ok, Neil, ha sido un gran placer y si hay algo que quieras decir para terminar ahora es el momento.
Neil.- No realmente, aunque soy un hombre soltero así que un saludo a todas las chicas preciosas que haya por allí (risas). No, hablando en serio, gracias por haberme dado la oportunidad de seguir en la música desde hace tanto tiempo y que pueda seguir haciendo música todavía algo más. También espero que la gente siga queriendo verme tocar, que podamos ir a todos los sitios y que mucha gente quiera ver al grupo tocar.

Rafa Basa y Antonio Cerezuela

1/2/13

Los cafés y su aporte a la identidad urbana


El concepto de café como establecimiento o cafetería nació en Medio Oriente. En Persia hacia el siglo XVI existían los qahveh-khaneh, locales donde los hombres se reunían para beber café, fumar, escuchar música, jugar, leer y conversar. De ahí los cafés pasaron a Arabia y luego a Turquía. En 1554 se abrió el primero de estos locales en Constantinopla, y Europa estaba a sólo un paso: en 1615 llegaron a Venecia, 1640 a Viena, 1644 a Marsella y París.

Si bien los cafés se instalaron en todas las grandes ciudades europeas, no cabe duda de que París se transformó en una suerte de capital mundial. Los bistrots sirvieron de centro de reunión y de intercambio de ideas para los intelectuales que contribuirían a una nueva percepción del mundo basada en la razón. Allí se fueron incubando las ideas que desembocarían en la Revolución Francesa y que pondrían fin al Antiguo Régimen. Todo el mundo tenía derecho a voz en los cafés, pues, como decía Balzac, ellos eran “el parlamento del pueblo”. Sentados frente a tres tazas en el café Procope de París, los insurgentes John Paul Jones, Benjamin Franklin y Thomas Jefferson concibieron el primer boceto de la  Constitución de los Estados Unidos en 1758.

Ya a mediados de siglo XIX, los cafés eran parte indivisible del paisaje y de la identidad y bohemia parisina, tradición  que se mantiene hasta nuestros días. Imposible evocar la ciudad sin pensar en sus locales  fusionándose con las calles y pasajes... las mismas mesas donde Hemingway escribía frenéticamente sus novelas -cuando no era interrumpido por Gertrude Stein o Pablo Picasso-, donde fumaban un cigarro tras otro Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, y donde  Roland Barthes y Jacques Derrida disectaban y deconstruían la abrumadora realidad del siglo XX.

Sin atrevernos a comparar y  guardando las abismales proporciones, no hay duda de que uno de los sectores urbanos más interesantes de nuestro Concepción es el eje Plaza Perú-Tribunales. Parte del encanto del sector lo han aportado los cafés, pequeños restaurantes y locales gastronómicos que se han instalado en los últimos años en la Diagonal Pedro Aguirre Cerda, y que han contribuido a devolverle vitalidad a  este sector nacido de la planificación urbana post terremoto de 1939.

Hace ya algunos años, el municipio autorizó que pudieran sacar sus mesas a la calle, lo que permitió una mayor integración de los parroquianos con la ciudad, en este tramo tan simbólico que sirve de nexo del centro con la Universidad de Concepción. Sin embargo, hoy las mesas en la  acera están en riesgo, por diferencias entre los dueños de locales y la Municipalidad por concepto de pago de patentes correspondientes a uso de veredas. Hasta 2011, los empresarios debían pagar un 2% de UTM por m2 de vereda utilizada, pero una ordenanza cambió el cobro a 20%.  Antes de que se anunciara esta medida, los locatarios pagaron por adelantado los dineros de 2012, y finalmente se estableció que el alza fuera de sólo un 4%, pero el Municipio está pidiendo que se cancele la diferencia impaga de 2012, y podría llegarse a la   revocación de patentes si no pagan antes del 15 de febrero.

Es cierto que el sector ha aumentado su plusvalía, y que la construcción de un paseo peatonal será un nuevo plus, pero la forma en que se cambiaron las reglas del juego, dan cuenta de mucha improvisación y poca planificación, que la actual administración municipal debiera ser capaz de subsanar con un poco de criterio y buen juicio. Porque en definitiva, no sólo los locales y sus clientes perderán en caso que deban desaparecer las mesas en las veredas: el barrio y la ciudad también acusarán el golpe.

Artículo publicado en Diario Concepción
www.diarioconcepcion.cl 1/2/2013